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jueves, 24 de abril de 2014

Pollo Hawaiano y Sorteos a la vista.

Si yo pronuncio la palabra "Hawaii" las primeras cosas que se os viene a la cabeza seguro que son los Mai Tai, Blue Hawaii, Cocos, Piñas, Loco moco, el Hula, Playas paradisíacas, Ukelele, Hibiscos, Faldas de Hierbas...

¿Que locura verdad?.

Si llevamos todo esto a la cocina, ¿qué se os ocurre que podríamos preparar para que nos transportase directamente a la mismímsima "
Bahia de Hanauma" en Oahu?.




Desde luego que para mí la apuesta mas segura ha sido elegir la Piña y el Coco como protagonistas... ¡y vaya si he acertado!.

Algo que me ha gustado mucho de esta receta es que es completamente adaptable; es decir, los ingredientes base para la salsa son los mismo hagas la cantidad de pollo que hagas.
Lo único que varía es la cantidad de pollo y la cantidad de arroz.

Ingredientes:
Pollo (según la cantidad de comensales)
Arroz blanco de grano largo (según la cantidad de comensales).
500ml de leche semi desnatada (o 400 ml de entera + 100 ml de agua.).
1/2 Piña.

50 gr de Coco rallado.
2 Cebolletas.
4 Ajos tiernos.
1/2 cdta de Maicena.
Aceite de Oliva.

Sal y Pimienta al gusto.



Preparación:


  • El día anterior, mezcla la leche junto con el coco y déjalo infusionar durante toda la noche (o incluso más tiempo)
  • Un par de horas antes de preparar la comida, escurre la leche (¡no tires el coco!), y pon a macerar el pollo junto con la leche de coco y la piña.
  • Pela, lava y corta las cebollas y los ajos tiernos.
  • Sazona el pollo con sal y pimienta y en una sartén con un par de cucharadas de aceite séllalo hasta que esté dorado por fuera.
  • Pincela una bandeja de horno con un poquito de aceite, coloca el pollo en la bandeja y añade las cebollas, los ajos y la piña.
  • Tapa la bandeja con papel de aluminio y hornea durante unos 40 minutos a 200º.
  • Mientras, hierve el arroz.
  • Una vez que el pollo esté cocido; retíralo a un plato.
  • En el vaso de la batidora, tritura las cebollas, los ajos, la piña (guarda algunos trocitos para la decoración del emplatado) y el coco que habíamos guardado de infusionar la leche.
  • Una vez triturado, pasa la salsa por un colador para que ésta quede suave y fina y llévala al fuego en un cazo, añade la maicena, mezcla bien para eliminar los posibles grumos y retira del fuego cuando la salsa haya engordado.
Para emplatar; coloca una base con el arroz blanco, el pollo encima y napa con un par de cucharadas de la salsa (o tres, o cuatro, o cinco...) y decóralo con los trocitos de piña.


Es una comida con muchísimos matices puesto que por un lado encontramos el gran aroma del coco; el característico sabor de la piña, las cebolletas acentuando el sabor de estas frutas...

La mejor opción para el acompañamiento es sin duda algo neutro como el arroz blanco, en especial el de grano largo. No por nada éste es el perfecto complemento en muchísimos de los platos típicos hawaianos.


Si no eres persona a la que le guste combinar sabores dulces en las comidas, éste desde luego que no será tu plato, pero por si al contrario te gustan estas mezclas, puedo asegurarte que éste trocito de Hawaii lo guardarás en tu recetario hasta para las generaciones venideras.

Espero que disfrutéis de él.

P.D.: Ayer fue Sant Jordi y aprovechando los miles de libros que había por doquier, he comprado 3!.
Organizaremos un super-mega-hiper sorteo ¡¡con 3 ganadores!!.


Nos vemos en las redes ;)

domingo, 23 de febrero de 2014

Pollo asado con salsa melosa de mandarinas y pomelo

Por alguna razón que desconozco, me he aficionado a escribir los domingos.
A pesar de no gustarme, os encuentro particularmente relajantes para dedicarme a escribir y poner las cosas en orden en el grupo del Reto 52 Weeks.

La semana pasa tocó fruta y como ya sabéis, yo soy mas de salados con lo que me marqué un tremendo gol con mi pollo asado con salsa melosa de mandarinas y pomelo.

Ahí es nada con el nombrecito, eh =)


Lo mejor de todo es la simplicidad que tiene el prepararlo.

Ingredientes:
1 Pollo.
9 - 10 Mandarinas aprox.
1 Pomelo.
6 Ajos tiernos aprox
1 cdta de Maicena.
1 cda de Azúcar Moreno.
1/2 cdta de Canela.
1 Patata y media por persona.
Romero fresco.
Sal y Pimienta al gusto.


Lo primero es pelar las patatas y cortarlas en cubitos.
A continuación, tendremos que ser un poco violentos con el pollo.
Lo pondremos boca arriba sobre una tabla para que no se nos resbale; colocaremos nuestra mano sobre el pecho y presionaremos con fuerza hasta que escuchemos el "crack" que produce el romperle el pecho (literalmente).
Con esto logramos que el sellado sea una superficie mucho más amplia.

Sal-pimentamos el pollo, y en una satén / wok ponemos un chorrito de aceite de oliva para "sellar" el pollo hasta que alcance un color doradito.


Una vez sellado; ponemos el pollo boca abajo en nuestra fuente, cortamos una mandarina a la mitad y pondremos ambas mitades dentro del pollo junto con un par de ramas de romero.

Repartimos las patatas a su alrededor, cortamos los ajitos tiernos, sal-pimentamos las patatas y le hacemos unas pequeñas incisiones en los laterales de las pechugas  (ver siguiente foto).



Tapamos con papel de plata y lo metemos al horno previamente precalentado a 250º durante unos 35 minutos.

Mientras tenemos el pollo en el horno, haremos la salsa.

Reservamos 2 mandarinas y con el resto y junto al pomelo, haremos un zumo que llevaremos a ebullición. 
Cuando rompa la ebullición, bajaremos el fuego y añadiremos el azúcar y la canela.
Removemos hasta que se disuelva bien el azúcar e incorporaremos la maicena y cuando comience a espesar, añadimos las 2 mandarinas en gajos que habíamos reservado.




Una vez pasado el tiempo del horno, sacamos la bandeja del horno, movemos las patatas de posición y bañamos el pollo con nuestra salsa de mandarinas.
*El hecho de haberlo horneado tapado previamente, hace que se creara una bolsa de calor con lo que el pollo se ha estado cocinando por dentro sin quedar reseco*


Quitamos el fuego de arriba del horno, bajamos la temperatura a 200º y volvemos a poner el pollo pero esta vez sin tapar durante unos 15 - 20 minutos.

Pasados los 20 minutos, sacamos la bandeja del horno y le damos la vuelta al pollo.
Lo bañamos nuevamente y lo devolvemos al horno durante otros 15 minutos.

Recordad que los tiempos de horneado son relativos ya que cada horno tiene vida propia con lo que deberéis vigilar un poco.
El mío, con estos tiempos estuvo listo.



Como podéis comprobar, el pollo ha quedado con un color tostadito precioso y las patatas estaban muy jugosas.
Las pechugas estaban cocinadas a la perfección, jugosas y con un color rosadito precioso.

Los sabores muy balanceados puesto que el toque del amargo del pomelo, un regustito ácido de la mandarina, el azúcar moreno ayudando a caramelizar, lo aromático de la pizca de canela...

Sabores rompedores, inesperados y sublimes. 

Un equilibrio que roza la perfección.

Espero que os haya gustado tanto como ha gustado en casa.

Un abrazo, y nos vemos en las redes  ;)



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